En 1963 inicia una dilatada carrera académica que lo llevaría a formar parte de planteles tales como la Escuela de Artes Aplicadas, del Centro de Creación de Formas Ornamentales dependiente de la Escuela de Canteros de la Universidad de Chile, de la Escuela de Diseño de la Universidad de Chile, de la Escuela de Diseño del Instituto Profesional de Santiago, – carrera traspasada desde de la Universidad de Chile y que finalmente se convierte en la Escuela de Diseño de la Universidad Tecnológica Metropolitana, donde concluye su docencia en 2005.

Dedicado, básicamente a la docencia y a la producción en diseño gráfico, crean, junto a Mario Quiroz, la Oficina Técnica en el IPS, aportando un espacio de creación de piezas gráficas para satisfacer tanto para las necesidades internas como de difusión del plantel, instancia creativa en la que se incorpora a alumnos y alumnas de la Escuela, a modo de práctica efectiva de la disciplina. Entre 1989 y 1990, asume como Director de la Escuela , carrera académico-administrativa que no resulta ser de su interés, continuando con un constante y dedicado ejercicio de la docencia, ejercitando la práctica al mando de la Oficina Técnica e impartiendo cátedras de Taller hasta su retiro.

En su trayectoria como diseñador ha recibido diversos premios en concursos de afiches, tanto nacionales como internacionales. Uno de los premios obtenidos fue el tercer lugar y mención honrosa en el Concurso Nacional de Afiches Unctad II, junto a Mario Quiroz. En tanto, participó en 1963 en la Exposición Internacional de Afiches de la IX Bienal de Sao Paulo, Brasil. Además. realizó seis exposiciones individuales entre los años 1957 y 1970.

Memoria Chilena se señala que: “como diseñador trabajó fundamentalmente en el rescate de las tradiciones locales y la vinculación del cartel con la educación popular. Su etapa más productiva como cartelista transcurrió entre 1971 y 1973, época en la que trabajó junto con el diseñador Mario Quiroz. De ese período destacan los ochenta carteles quincenales que realizó para la Polla Chilena de Beneficencia, de los cuales llegaron a imprimirse 5.000 ejemplares por tiraje. Las campañas de la Polla estaban dirigidas a los sectores pobres de la población, por lo que tuvieron un marcado acento social.

“En el aspecto técnico, se caracterizó por un espíritu experimental, que lo llevó a incorporar a su trabajo lo que define como «materiales inusuales». A nivel tipográfico, realizó fuentes hechas a mano, que imprimieron un cariz gestual a los textos. Si bien las figuras de madres y niños son las más recurrentes en los carteles de 1971, a partir de 1972 se advierte un énfasis en la iconografía del trabajo, con imágenes de obreros, campesinos, mineros y empleados, además de estudiantes y mujeres. González usó el alto contraste para exaltar las figuras, dejando pequeñas zonas de color, casi siempre de gamas cálidas. Otro efecto que empleó frecuentemente fue el punto de vista ascendente, produciendo imágenes con vista en contrapicado.

«Sus carteles fusionaban lenguajes provenientes de la alfarería precolombina con influencias sicodélicas, y la estética del mural de la época. También cabe destacar la influencia que tuvo en su producción la obra del pintor y grabador Pedro Lobos (1919-1968).

González, en rigor, no militó en ningún partido político, pero su gráfica y el uso del cartel como herramienta educativa y de difusión de necesidades sociales, vinculó su trabajo al ideario del gobierno de la Unidad Popular. Esto le significó dejar su actividad como diseñador durante la dictadura militar, viéndose obligado a centrar su actividad en la docencia.”

(En: http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-93234.html, rescatado 20 de agosto, 2021)

Una faceta desconocida es la de su afición por la grabación de los trinos de las aves chilenas, actividad que realiza con asidua paciencia, acudiendo en sus tiempos libres a registrar este material a distintas zonas del país.

Su actividad docente y guía de alumnos la ejerció hasta inicios de los 2000, dejando una profunda huella entre sus alumnos y alumnos a quienes formó con especial carisma y un afectuoso estilo.

En 2005, al concluir su carrera como docente, la Universidad Tecnológica Metropolitana le otorga el título de Profesor Emérito, por su dilatada trayectoria y aporte al diseño nacional.  

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